José Ponferrada Gómez y la Ballena de Montilla

(Imagen de portada: Manuel González Candelas; publicada en «¡Leviatán […]»; Ponferrada Gómez. Digitalizada por Asociación Agrópolis)
El pasado 14 de enero se inauguró en la montillana Casa de las Aguas una exposición bibliográfica sobre la obra de José Ponferrada Gómez, periodista y escritor montillano que falleció, casi centenario, en 2018. Autor de una veintena de publicaciones sobre tema local, periodista e impulsor de numerosos proyectos en el municipio, en los años 50 fue capaz de poner a Montilla en el ojo de media España al informar sobre el descubrimiento de unos curiosos restos fósiles.
La Arqueología y la Paleontología han sido aficiones extendidas entre los habitantes de la ciudad; hasta el punto de haber llegado a descubrimientos tan sorprendentes como el fósil de un cetáceo que, posteriormente estudiado, resultó ser el más antiguo encontrado en nuestro país. Hoy vamos a repasar brevemente la historia de la Ballena de Montilla; historia que, nada vamos a descubrir ahora, ha sido extensamente tratada en anteriores ocasiones por estudiosos de nuestra Historia, como sin duda lo fue Pepe Ponferrada.
Una ballena en el Chilancón
En verano de 1957, unos acalorados trabajadores de la factoría Cerámica Santa María, ubicada en el lugar conocido como Chilancón de la Vía o de Santa María, cercano a la vía del ferrocarril, toparon con un elemento duro al excavar superficialmente el suelo durante sus trabajos rutinarios. Resultó ser una parte de una vértebra, posteriormente identificada de ballena, que debió de ser gigantesca a juzgar por los casi dos metros en que se presumió la mandíbula extraída a continuación.
Es conveniente señalar el procedimiento de obtención de arcillas en la fábrica mencionada: una suerte de zanja que recibía el agua de la lluvia a modo de embalse, ocasionando ese barro que se extraía por los operarios y cuyos trabajos generaban paredes estratificadas de varios metros de altura. El hallazgo de la ballena se produjo tras un período de sequía, cuando los propietarios de la Cerámica ordenaron excavar y profundizar el embalse de arcillas.

Pese a que las condiciones en que se había producido el hallazgo no eran las más convenientes para la conservación de aquellos restos, la fragilidad de los mismos permitió, por otra parte, reproducir los mismos mediante la técnica del vaciado en escayola, lo cual posibilitó muchos de los estudios que se acometieron posteriormente.
La ballena de Montilla en portada
En este punto entra en escena el escritor y periodista local José Ponferrada Gómez. Uno de los propietarios de la fábrica de cerámicas, Francisco Márquez Requena, conocedor de sus conocimientos arqueológicos, se puso en contacto con él. Ponferrada visitó el lugar y, convencido de la importancia paleontológica del asunto, lo comunicó por vía telefónica a las Agencias EFE y Cifra, donde entonces ejercía de corresponsal. Gracias al periodista montillano y a través de dicha Agencia Cifra, varios medios nacionales se hicieron eco de la noticia. Destaca la breve información contenida en el diario ABC en la edición de ese mismo 16 de agosto.

Manuel González Candelas, entonces reportero gráfico que cubría la noticia para Agencia EFE y que fue nombrado Hijo Adoptivo de Montilla en 2005, fue el encargado de inmortalizar las escenas que rodearon el descubrimiento del que fue considerado primer cetáceo fósil miocénico en España.
Tanto el descubrimiento en sí como las pesquisas científicas y resultados posteriores protagonizaron no pocas noticas en la prensa y revistas especializadas de la época, a nivel nacional. El periódico ABC en sus ediciones de Madrid y Sevilla, El Alcázar, Diario informaciones o El Español dedicaron diferentes artículos al descubrimiento de El Chilancón.
Algunos de estos medios realizaron un seguimiento continuado a los trabajos arqueológicos, y la ya famosa “Ballena de Montilla” ocuparía durante meses, incluso años, páginas de los principales rotativos. Muestra de ello es la publicación en El Español de un extenso reportaje de María Jesús Echevarría ya en noviembre de 1958, más de un año después del hallazgo; o la noticia de Manuel Enríquez, periodista del diario Ya, a finales de 1959.
Una pequeña muestra de la Arqueología en Montilla
Dada la noticia por primera vez gracias a la denuncia de Pepe Ponferrada, la posible importancia del casual hallazgo hizo desplazarse a Montilla al Comisario Provincial de Excavaciones Arqueológicas, Rafael Castejón y Martínez de Arizala, acompañado en un primer momento del también montillano José Cobos Jiménez. Realizadas las primeras pesquisas, Castejón organizó un equipo científico formado por los profesores y Catedráticos Rafael Martín, Rafael Cabanás y Diego Jordano.

Los trabajos científicos, con los que se extrajeron algunos huesos fosilizados y el lecho arcilloso, al mismo tiempo que se procedió al vaciado en escayola, determinaron que aquellos restos pertenecían al Mioceno y eran constitutivos de una especie llamada Balaenóptera rostratella Van Beneden.
“Los primeros restos extraídos permiten asegurar que se trata de una ballena que vivió hace unos veinte millones de años en el mar que llenaba la cuenca terciaria del Guadalquivir”, señalaba el profesor Jordano a ABC en una entrevista concedida semanas después del hallazgo.
Se debe destacar la encomiable ayuda de los propietarios de la Cerámica, que en todo momento apoyaron las indagaciones científicas en terrenos de su propiedad, aun a costa de verse obligados a detener todo trabajo en la zona del descubrimiento. Incluso, según cuenta Ponferrada en su “¡Leviatán en Montilla! Y otros curiosos temas montillanos”, los primeros moldes del esqueleto cetáceo fueron realizados por los propios obreros de la fábrica, con el generoso beneplácito de Francisco Márquez y Antonio Baena.
Breve apunte del Mioceno, hogar de nuestra Ballena
Encuadrado en la era cenozoica, el Mioceno es una época prehistórica que comenzó hace 23 millones de años y dio paso a la época ulterior hace unos 5. Este extenso período vio formarse sistemas montañosos como los Alpes y el Himalaya; más cerca, también los Pirineos. Andalucía entonces formaba parte del Mar de Tetis, al menos la Depresión del Guadalquivir en la que se encuentra Montilla. Las evidencias y registros paleológicos de la Península Ibérica son, probablemente, los más completos de Europa, con un amplio rango estratigráfico.
En esta extensa época se desarrollaron numerosas especies animales que han llegado, con mayor o menor grado de evolución, a nuestros días. El progresivo calentamiento de La Tierra propició la aparición y/o desarrollo de mamíferos, aves o reptiles. Entre los primeros podemos encontrar animales de gran tamaño emparentados con los actuales ciervos, caballos, rinocerontes o félidos [i]. Muchos otros grupos se extinguieron. Posiblemente nuestra ballena consiguiera evolucionar hasta los cetáceos que actualmente encontramos en los océanos.

En paradero desconocido
No es preciso señalar que la protección con que actualmente cuenta cualquier resto arqueológico difiere mucho a la casi inexistente legislación de 1957. Más allá de la legislación proteccionista de la II República en materia histórico-artística y de las primeras normas franquistas sobre Patrimonio Bibliográfico, exportación de arte o administración cultural, hasta 1958 no se amplía la regulación de los monumentos y de sus entornos; y hasta los años 80 no se tramita un compendio normativo de Patrimonio Histórico que pusiera fin a la dispersión existente y protegiese, de manera expresa, el patrimonio arqueológico y sus yacimientos.
Diferente era la situación, como decimos, mediados los años 50. Así, una vez extraídos los restos óseos de la ballena, el paleontólogo Emiliano Aguirre y el profesor Bermudo Meléndez recomendaron enviarlos al Instituto “Lucas Mallada”, dependiente del CSIC y posteriormente integrado en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid. No debe resultar extraño que, además, una parte o la totalidad de los restos acabaron después en la Facultad de Veterinaria de Córdoba. Igualmente parece que alguno de los moldes obtenidos viajó a Granada.
Al menos media mandíbula, una escápula, varias vértebras, parte del cráneo y un húmero correctamente recuperados o vaciados recorrieron, siquiera presuntamente, estos puntos de la geografía nacional para ser estudiados por prestigiosos especialistas en la materia.
Pasaron 50 años hasta que Montilla, al menos de forma oficial, se preocupara por los restos de su Ballena. En 2005, un intento del Partido Andalucista de Montilla de instar al Ministerio de Cultura su devolución cayó en saco roto, al confirmar el Museo de Ciencias Naturales de Madrid, sospechoso de albergar parte de los restos del esqueleto en sus depósitos, que no tenían constancia de aquellos.
Poco después, en 2009, el Ayuntamiento de Montilla solicitó formalmente a la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Córdoba el préstamo de una vértebra, inicialmente considerada como de la gloriosa ballena, para su exposición en el Museo Histórico Local. No obstante, la buena voluntad inicial de la institución académica decayó cuando tres años más tarde cuestionó que los restos custodiados en el Departamento de Anatomía fuesen realmente los que procedían del Chilancón.
Sea como fuere, parece ser que los restos acabaron desperdigados, extraviados u olvidados [ii]. No así su recuerdo, gracias fundamentalmente a la labor periodística de José Ponferrada o Manuel González, que pasarán a la historia entre otros loables trabajos por ser “el periodista y el fotógrafo de la ballena”.
[i] Agustí, J. (2018). Las faunas de mamíferos del Mioceno continental de la Península Ibérica. Revista PH, 182. https://doi.org/10.33349/2018.0.4179
[ii] Bellido, J.P. (2017). Sesenta años de la Ballena de Montilla. Montilla Digital, edición de 05/08/2017 https://www.montilladigital.com/2017/08/sesenta-anos-de-la-ballena-de-montilla.html
PARA SABER MÁS…
LIBRO: ¡Leviatán en Montilla! Y otros curiosos temas montillanos. Ponferrada Gómez, José. Autoedición; imprime GAVE Artes Gráficas. Montilla, 1991
ARTÍCULO: El primer cetáceo fósil de España. La ballena de Montilla. Rey García, Carmen. En Boletín de la Asociación Provincial de Museos Locales de Córdoba, núm. 15. Bujalance, 2014.
ARTÍCULO: La sabiduría de los sencillos (I). Un acercamiento a la faceta periodística de José Ponferrada Gómez. Bellido Mora, Manuel. En Nuestro Ambiente, octubre 2011. Montilla, 2011.
